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Te instamos, amigo rodeado de cajas, a que tú también los evites. Algunos además son aprendizajes nivel profesional: no habrá compañía que traslados que te tosa

Las situaciones más estresantes por las que puede pasar una persona adulta son, tras la muerte de un ser querido, un divorcio y una mudanza. El drama puede parecer un poco sobredimensionado, pero cualquiera que haya vivido un traslado recientemente sabe que el nivel de ansiedad y nervios no es poco. 
Para intentar paliar los nocivos efectos de una mudanza, traemos una lista de errores —fruto de la dolorosa experiencia—que te instamos, amigo rodeado de cajas y de papel de embalar, a que tomes buena nota y no los repitas. No son todo garrafales meteduras de pata, también hay algún aprendizaje de pro que te puede hacer el trance más llevadero. 
Y para ilustrar este vía crucis de cartón, hemos elegido una serie de instalaciones y esculturas sensoriales del artista suizo contemporáneo Zimoun (1977), quien trabaja con cajas de mudanza, palés, papel y bolas de algodón sujetas con cuerdas y accionadas por motores que generan sonidos envolventes para el visitante: ni el mejor vídeo de ASMR de Youtube provoca el mismo hormigueo en el cráneo. Los muebles corren a cargo del estudio de diseño de arquitectura efímera y mobiliario Cardboard Furniture and Projects.

Desmontar según qué muebles A priori parecería que desmontar el mobiliario es la manera más eficiente de trasladarlo, pero hay que tener cuidado con las calidades y tipos. Los que son de conglomerado y maderas sospechosas mantienen su estabilidad solo si están unidos, y de forma especial las estanterías agradecen ser trasladadas en bloque, no solo por mantenerse íntegras, sino porque volver a montarlas en el orden correcto puede ser más complicado que resolver un cubo de Rubik.

No hacer fotos a las piezas más caras antes de cargarlas en el camión Esa lámpara de Baccarat que tanto te gusta. La cristalería de bohemia herencia de familia. El jarrón Ming. El perro de porcelana a tamaño natural. Las cenizas de la abuela. Los objetos más preciados y frágiles, de forma misteriosa, llegan en mucho mejor estado si se les ha sacado una foto que atestigua, de cara al seguro y la empresa de mudanzas, que estaban íntegros antes del traslado. No hay que ser perezosos, que con los móviles este trámite dura un segundo y ahorra disgustos y reclamaciones.

No fijar los cajones y puertas de los armarios y aparadores Está pasando: varios operarios mueven un armario art déco especialmente pesado y aparatoso cuando una de sus puertas se abre sin previo aviso dejándolo encajonado en el hueco de la puerta del dormitorio o produciendo daños irreparables en la madera lacada de la superficie. Por no hablar de los cajones que se abren en los momentos más inoportunos desparramando su contenido por el suelo. 
Hay que fijar bien todo lo que pueda abrirse o soltarse en un mueble, y fijarlo bien. Pero cuidado, porque la vulgar y práctica cinta de embalar puede dañar las maderas y superficies más delicadas. En ese caso, mejor desmontar o cubrir con plástico primero y luego fijar con cinta, hasta dejar esa silla con tapizado de terciopelo y seda como Laura Palmer.

No desembalar todo al día siguiente para poder hacer inventario de daños La mayoría de las empresas de transporte tienen un límite para reclamaciones exiguo, que suele durar 24 o 48 horas. Se benefician de que los objetos de adorno más frágiles muchas veces son los últimos en ser sacados de su envoltorio y depositados en su nuevo lugar, así que, aunque dé pereza, hay que hacerlo: abrir cajas y comprobar el estado de platos, cerámicas, adornos varios (ojo a los cristales de los cuadros) para poder reclamar a tiempo.

Utilizar bolsas en vez de cajas Es una tentación, lo reconocemos. Cansado de tanto montar cajas de cartón, de tanta cinta de embalaje y tanto cúter, la posibilidad de sacarle por fin rendimiento a las bolsas de Ikea que se acumulan en el trastero resulta seductora, pero no es recomendable. En una mudanza todo es cuestión de optimizar el espacio, y en ese sentido, el cubo tiene poca competencia. En una furgoneta o camión las cajas son apilables sin problemas, algo que no se da con bolsas gigantes mal cerradas de formas abstractas o, peor todavía, frágiles bolsas de basura que se rompen con una facilidad pasmosa.

No aprovechar para hacer un súper Marie Kondo Esto es casi tan importante como todos los puntos anteriores juntos. Antes de empezar a guardar cosas que pesan y ocupan espacio, piensa, ¿de verdad las necesitas? Una mudanza puede ser el momento adecuado para hacer esa limpieza gigante de fondo de armario, donar libros, juegos y discos y deshacerte de electrodomésticos y cables que vivieron su momento álgido de gloria en 2005. Unas cuantas visitas al punto limpio más cercano garantizan empezar una nueva vida en el flamante hogar de forma más ligera, con menos peso de inutilidades a nuestra ya sufrida espalda. Si no sabes por dónde empezar, aquí te explicamos cómo ordenar tu casa como si fueras a morir, que viene a ser lo mismo que hacerlo para una mudanza.

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